Si finalmente Ajuntament y Districte cumplen con sus compromisos, el Ateneu Enciclopèdic Popular podría volver en 2013 al barrio que lo vio nacer hace 110 años. La entidad cultural obrera en activo más antigua de Barcelona espera desde 2006, cuando comenzaron las primeras reuniones con el Ajuntament, que se concrete de una forma definitiva la cesión de un espacio donde realizar su actividad de manera digna.
Desde que fuera refundado, en 1977, por un grupo de viejos ateneístas y de jóvenes dispuestos a recoger el relevo de una sociedad de la que habían formado parte personajes como Francesc Layret, Joaquín Maurín, Joan Salvat-Papasseit o Salvador Seguí, el Enciclopèdic ha trasegado por diferentes locales. Ninguno de ellos, incluida la Biblioteca Arús del Passeig de Sant Joan donde hoy se ubica, ha cumplido hasta ahora las condiciones mínimas que exige el que es uno de los archivos documentales más importantes de la memoria obrera de Barcelona y Catalunya. Nacido en 1902, durante más de treinta años los locales del Enciclopèdic en la calle del Carme se convirtieron en uno de los centros neurálgicos de la actividad cultural de Barcelona, conectando actividad intelectual y cultura obrera, ofreciendo formación a trabajadores y trabajadoras mediante una escuela nocturna e impugnando las nociones elitistas de la cultura. Borrado del mapa por el franquismo, como el resto de las organizaciones y los espacios de cultura popular, las instituciones posfranquistas tampoco han mostrado durante los últimos treinta y cinco años simpatía alguna por la continuidad histórica de este espacio centenario. Tuvieron que pasar tres años tras su refundación para que, en 1980, el Ateneu fuera legalizado por el gobernador civil de la época; mientras que los sucesivos gobiernos municipales del PSC y tripartitos lo han ninguneado.
Durante este período, el Enciclopèdic también ha sufrido un exilio en el interior de la ciudad misma, ya que nunca ha podido volver al centro urbano histórico y, en concreto, al Raval, donde desarrolló su actividad durante décadas. Las conversaciones con Ajuntament y Districte, que comenzaron en 2006, no cerraron la primera fase hasta… tres años después. Quizá porque a una entidad con más de cien años no le venía de tres más. En marzo de 2009, el pleno de Ciutat Vella aprobaba la firma de un protocolo para la cesión de un local de entre 750 y 1.000 metros cuadrados. Pero no fue hasta dos años después, en mayo de 2011, cuando Jordi Hereu, por aquel entonces casi un alcalde en funciones, firmaba un protocolo que él mismo sabía que no tendría el poder de ejecutar.
Han pasado seis años desde que comenzaran las conversaciones entre el Enciclopèdic y el Ajuntament; tres años y medio desde que el pleno del Districte aprobara la cesión de un espacio y un año y medio desde que se firmara el protocolo definitivo. Desde entonces, se han ofrecido al Ateneu diferentes posibilidades, ninguna con las condiciones mínimas. Hasta que en el pasado mes de setiembre se concretó un espacio, no muy lejano a la calle del Carme, donde es posible que, al fin, el Enciclopèdic acceda a un espacio desde el que llevar a cabo su actividad, en el barrio desde el que hizo y seguirá haciendo su particular aportación a la histórica lucha por Barcelona.