Bla, bla, bla, bla convivencia, bla, bla, bla, bla, bla, civismo, bla, bla, bla, bla, cultura, bla, bla, bla, bla, cohesión social, bla, bla, bla, bla… infección de oídos. Palabras de ceniza y actos de cal viva que queman la vida, la devastan y borran el rastro del crimen. Habéis vendido nuestro futuro a precio de mercadillo, a cambio de palmaditas en la espalda, amistades influyentes y migajas del paraíso (Carreras, Hereu, Martí, Escarp, Homs, reservoir dogs y caniches de la política subsidiada por la especulación); habéis mirado con indiferencia a nuestros muertos después de mirar con desprecio nuestros barrios (Ramón Espadaler y Xavier Trias, corazón que no siente); habéis saboreado la destrucción previamente planificada con un güisqui tras los cristales del Ámbar (Mr. Bohigas, borracho de escombros); habéis condenado a nuestra gente a cárcel sin delito (Joan Clos y Alfredo Pérez Rubalcaba, embajadores de la impunidad y ministros de la mentira). Habéis destruido con tanto bla, bla, bla, bla, con tanto pam, pam, pam, pam, algo tan simple como el derecho de vivir en paz. Pero seguimos. Con impotencia, rabia, bilis, furia y, por qué no, con el humor y el cinismo de quien sí sigue teniendo razón y corazón. Cría cuervos…