Assemblea de Barri del Casc Antic
Vienen cuatro polis y me dicen: «A éste hay que llevárselo detenido por no sé qué…» «¿Por qué, si sólo estoy preguntando por mi primo?» Me querían poner las esposas y yo: «Que no me las vais a poner». Me tiran al suelo; me pegan frente a mi madre; le pegan un porrazo a ella, casi se desmaya, ¿sabes? Y antes de meterme en el coche me preguntan: «¿Quién es el chulo?» y me dan con las porras. En la comisaría me dicen de todo, insultos racistas, a mí y a otros amigos. Dos semanas después me amenazan con que me iban a pegar. […] Me han quitado la sonrisa de la cara, me han faltado al respeto. (Chico, 17 años, cuatro años en el barrio)
Hace más o menos un mes, mi hermano venía con la moto y los mossos le siguieron. Cuando se paró, le partieron toda la cara. Le dieron con la porra y con una cosa que es ilegal. Cuando me acerqué me dijeron que me fuera. […] Cuando ven a uno serio, a un blanquito, que es español y está haciendo lo que sea, ellos nunca están atentos. Están más atentos a los inmigrantes. […] Nos dijeron que si no queríamos sentirnos así como nos sentíamos por estar rodeados de ellos, que buscáramos otro barrio, que este barrio es muy peligroso. […] Pero no vamos a irnos porque ellos quieran, por la cara. (Chicas, 20 y 21 años, uno y seis años en el barrio)
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Las vecinas del Casc Antic estamos, no indignadas, sino cansadas, muy cansadas y rabiosas de constatar que estas “actuaciones policiales” no son casuales, sino una estrategia bien estudiada que se repite una y otra vez.
¿Hay “delincuencia” en el barrio? Claro, igual que en cualquier otro barrio degradado, víctima de la especulación, la pobreza y las tácticas gentrificadoras. Esta supuesta “delicuencia”, ¿justifica tal despliegue de fuerzas policiales y mecanismos de control? Ni por asomo. El Poder quiere que creamos que estas actuaciones son necesarias para que vivamos seguras, quiere que pensemos que nuestros vecinos de piel más oscura o de lenguas que no entendemos son nuestros enemigos potenciales, personas que nos van a robar, a hacer daño. Las redadas masivas son espectáculos montados con el fin de crear esa desconfianza, de abrir aún más la brecha entre un supuesto nosotros, los buenos ciudadanos, y un ellos, los delincuentes. Así, identifican y señalan a los buenos y los malos, los blancos y los negros, los ricos y los pobres, los turistas y los delincuentes.
El excesivo y abusivo control policial es un elemento más dentro del gran plan que Barcelona está desarrollando desde hace años; ése que conduce al parque temático total: la marca Barcelona. Es un elemento potente porque, por un lado, las personas que sufren el acoso directa y permanentemente acabarán saliendo del barrio para ser reemplazadas por gente de más poder adquisitivo y otro estatus social; y, por otro lado, desarticula antes de comenzar cualquier posibilidad de encuentro entre las vecinas que pueda generar una respuesta contundente a estos abusos, fomentando el individualismo, el racismo, la desconfianza, los conflictos y la distancia entre nosotras.
Desde la Asamblea de Casc Antic rechazamos totalmente las “medidas de seguridad” impuestas por aquellos que deciden qué es un delito y qué no lo es, por aquellos que están convirtiendo nuestro barrio en un centro comercial donde el derecho de admisión está reservado.
¡No queremos más abusos policiales en el Casc Antic!