masala és barreja d'espècies

Hotel Praktik

El caso de los solares situados entre las calles del Portal de Santa Madrona, Cid y Perecamps, frente a las Drassanes Reials, puede resumir por sí solo buena parte de las políticas urbanísticas municipales, sus ciclos y su evolución: destrucción, abandono, especulación y turistización.

Situado en un enclave urbano estratégico, ya que se encuentra en una de las entradas al Raval y en la conexión entre el Paral·lel y las Ramblas, para los sucesivos gobiernos municipales eso no ha sido motivo para convertir la zona en objeto de protección particular. Al contrario, como veremos, la sucesión de decisiones políticas que han afectado a esta área la han dejado absolutamente desprotegida urbanísticamente y, en consecuencia, han dejado indefensa a la población residente. El vecindario de la zona ha visto pasar las décadas sin asistir a otra cosa que el desmembramiento de su hábitat: la arquitectura penitenciaria de los edificios de la calle del Om, como pésima solución al realojo de una parte de las familias afectadas por los derribos de la reforma; el incumplimiento de los aspectos positivos del PERI del Raval, durante la década de 1990; la conversión definitiva de la avenida de Drassanes en una vía impersonal y aislada del tejido social y urbano; la desaparición del mercado del Carme y la construcción, en su lugar, de un edificio de triste figura que ocupa el Instituto Nacional de la Seguridad Social; o la construcción del hotel Acta Mimic en los terrenos del antiguo cine Colón. Son solo algunos de los hitos que ha vivido la gente de la zona.

Eso no lo ha paliado el hecho de estar en el entorno directo de un Bien Cultural de Interés Nacional como son las Drassanes Reials. Desde su designación como BCIN en 1976, ni la Generalitat —que dispone de las competencias para declarar un ámbito de protección— ni los diferentes consistorios se han preocupado porque los alrededores del monumento se conserven acorde con su valor. Una concepción miserablemente museística del patrimonio, que lo convierte en una pieza separada de la vida social y urbana, y, a la vez, su uso como acicate de la valorización inmobiliaria o turística del territorio han llevado a que, hasta ahora, los entornos de un edificio catalogado con el máximo nivel tengan una protección bajo cero.

En el caso concreto de los solares donde actualmente la cadena Praktik pretende levantar un hotel con dos edificios de cinco y once plantas, y 200 habitaciones, la historia es la de unos terrenos convertidos en baldíos por lo que respecta a la vida social, que a su vez han sido una máquina tragaperras para el mercado inmobiliario. En todo ello, las políticas de suelo y de usos desarrolladas desde 1999 han jugado un papel activo y determinante para generar las condiciones de máximo beneficio inmobiliario.

Recalificación y destrucción de tejido residencial

El PERI de 1985 «va catalogar les finques on ara es vol construir el macrohotel com a reserva de vivenda social (PERI Pla d’etapes i estudi econòmic-financer, p.10). En paral·lel, va ser previst en el PERI el projecte de Parc Urbà de les Drassanes (PERI Pla d’etapes i estudi econòmic-financer, p.14) tenint com a eix l’avinguda de les Drassanes i integrant diverses actuacions. Aquell projecte tampoc es va portar mai a terme».1 Tampoco se llevaron a cabo acciones para fortalecer el tejido social de la zona, donde la recuperación del cine Colón como equipamiento o la revitalización del propio mercado del Carme hubieran jugado un papel concluyente.

En 1999, cuando el suelo aún estaba destinado a vivienda social, UGT compro a través de Qualitat Habitatge Social, SA, los terrenos por un precio particularmente ventajoso 588.931 €, ligado a la futura construcción de viviendas sociales. No se tienen noticias de que la cooperativa de viviendas sindical presentara, en ningún momento, un proyecto para el espacio, por lo que no hay indicios de ningún tipo de que la compra estuviera asociada a ninguna operación cooperativista.

En 2003, se produce la primera recalificación del suelo, que reduce la cuota de vivienda social prevista de un cien por cien a un 25 %, liberando el 75 % restante para otros usos. Según la noticia publicada en su momento en El Periódico, la modificación del PERI, además de disminuir drásticamente el espacio destinado a vivienda, permitía «construir una torre de gran altura (respecto a las colindantes) con el objetivo de esponjar ese denso tejido».2 Esta modificación fue aprobada definitivamente en julio de 2004 y, en septiembre, UGT vendía los mismos terrenos por 2.343.947 € a Inversiones Lengar, SL, obteniendo una plusvalía del 298 %.

(Clica la imatge per ampliar)

La operación del sindicato no había dado más que el primer paso de un ciclo de compraventas que, sin más necesidad que la acción de los gobiernos municipales, generaría plusvalías a un conjunto de actores privados a partir de unos solares abandonados. En 2006, Inversiones Lengar vendía los terrenos a Barcelona Investments, SL, por 7.950.000 € consiguiendo, en apenas dos años, una plusvalía del 239 %.

A esas alturas, los terrenos habían incrementado su valor un 537 %, pero parecía no ser suficiente. En 2007, se aprobaba inicialmente la supresión del 25 % restante de la cuota de vivienda social. Ya en 2008, aunque esta decisión estaba pendiente de aprobación definitiva, El País informaba de la futura construcción de un hotel y de que «el techo que se había destinado inicialmente a vivienda social —exactamente 1988 metros cuadrados— se situaría en el nuevo barrio de la Marina de la Zona Franca».3 Esa cuota de vivienda se ha convertido a la larga en un fantasma: el proyecto de hotel de Barcelona Investments, que finalmente no se llevaría a cabo, finalmente la mantuvo, pero más adelante volvería a desaparecer. En la actualidad, no solo no existe sino que no se sabe si ha sido asignada a otra operación, lo cual es, como mínimo, una flagrante irregularidad.

El Plan de Usos de 2013 y el pelotazo definitivo

El Plan de Usos aprobado en septiembre de 2010, con posterioridad a la dimisión de la regidora Itziar González que lo había promovido, supuso un breve resuello para estos solares. No obstante, la prohibición de nuevos hoteles no afectaba a otras características de las sucesivas modificaciones del planeamiento, sumamente agresivas. En el Pla de Barris aprobado también en 2010, y que en la mayoría de sus aspectos tampoco se llegó a implementar, las alturas de las futuras edificaciones de esta zona estaban sujetas a la categoría de «ordenació de volumetria específica»: dicho llanamente, que la elevación puede ser superior a los máximos establecidos para el distrito.

Pero es el nuevo Plan de Usos aprobado en 2013 el que le da el último empujón al ciclo especulativo comenzado en 2004. La nueva normativa permite la construcción de hoteles sin ningún tipo de restricción en todas las zonas perimetrales del distrito, coincidiendo con el ciclo expansivo de la industria turística, que vuelve a situar al solar en una nueva escalada de extracción de plusvalías.

En 2015, Inversiones Hoteleras ATIR, propiedad de José María Trenor Löwenstein —millonario heredero del marquesado de Serdañola [sic]—, compra los terrenos por 22 millones de euros, multiplicando más de un 700 % su valor respecto al precio original por el que fue comprado en 1999. La empresa, que pretende construir un hotel de la cadena Praktik, obtiene certificado de aprovechamiento urbanístico —trámite previo imprescindible al proceso de demanda y tramitación de licencias— curiosamente pocos días antes de la moratoria hotelera aprobada por el nuevo gobierno municipal de Barcelona en Comú. La velocidad a la que fue tramitado el proyecto llama la atención. Según una noticia publicada en el diario Expansión, el 29 de junio de 2015, la compra de los terrenos se produjo «tres meses antes» y, a principios de julio, ya estaba en disposición de eludir la moratoria.

El proyecto de Praktik tiene previstos dos edificios de cinco y once plantas, con un total de 200 habitaciones, a menos de 50 metros del hotel Acta Mimic y a apenas 10 metros de la arquitectura plomiza del edificio de la Seguridad Social que, en conjunto, conformarían una agresión urbanística de primer orden. Pero no solo eso. Para un vecindario cuya vida cotidiana ha sido asfixiada por la carencia de espacios públicos y equipamientos de calidad a escala de barrio, el hotel Praktik sería el golpe de gracia a las posibilidades de generar espacios de vida y convivencia, y eso sin contar el tremendo impacto de una población flotante de, como mínimo, 200 turistas más, la subida de los precios del alquiler o la apertura de comercios enfocados a los visitantes.

Al respecto, cabe poner de relieve la acción de denuncia que está llevando a cabo la plataforma Salvem les Drassanes, que ha conseguido articular un espacio de respuesta vecinal donde, probablemente, las décadas de maltrato y abandono institucional tenían mucho que ver con la falta de espacios de oposición y respuesta social. Esta movilización ha conseguido poner en duda un proyecto que, hasta hace pocos meses, se publicaba en los medios de comunicación como un hecho consumado, provocando que el Ayuntamiento se posicionase para revisar el planeamiento de la zona.

La protección del entorno de las Drassanes Reials, punto de inflexión

El pasado mes de octubre, el Ayuntamiento de Barcelona reclamaba a la Conselleria de Cultura de la Generalitat la incoación de un expediente para definir el entorno de protección de las Drassanes Reials que, de ponerse en marcha, supondría la suspensión temporal de licencias, mientras se realizan los estudios técnicos pertinentes. Lo cierto es que, por otra parte, la definición de la protección del entorno de las Drassanes bien podría ser el punto de inflexión para una aplicación de políticas radicalmente distintas sobre esta zona. Pero la posición de cuadros del PSC, como Daniel Mòdol, en defensa del hotel, o la inmediata respuesta política de Santi Vila —que ha declarado abiertamente que quiere ser el candidato convergente al Ayuntamiento de Barcelona—,4 negándose de manera rotunda a abrir el expediente, muestran hasta qué punto la barbarie urbanística consigue consenso en muchos ámbitos muy por encima de cualquier sentido común.

 

1 Plataforma Salvem les Drassanes: «Dossier: nou projecte de macrohotel a les Drassanes», mayo de 2016.

2 Xavier Barrena: «UGT dio un pelotazo de 1,8 millones con la compraventa de unos solares», El Periódico, 25 de octubre de 2010.

3 Blanca Cia: «Un nuevo hotel en el barrio del Raval desplazará la vivienda social prevista», El País, 21 de octubre de 2008, bit.ly/2g5NXS8.

4 Redacción: «Santi Vila quiere ser alcalde de Barcelona», La Vanguardia, 18 de julio de 2016.