Este pasado 25 de diciembre se cumplieron seis años del fallecimiento del genial intérprete, músico y productor James Brown, un artista que traspasó estilos musicales a lo largo de su rica trayectoria, y que probó tanto rhythm & blues y rock & roll en sus primeros años de carrera, como soul o funk, con los que llegaría a sus más altas cotas de popularidad. Como artista complejo y prolífico, James Brown atesora tal cantidad de proyectos, influencias y colaboraciones, que es difícil hacerle justicia citando unos cuantos títulos o hits.
Los primeros pasos de la carrera de Mr. Brown en la música fueron de la mano de The Famous Flames, formación inicialmente especializada en baladas, donde nuestro protagonista fue fichado en 1954 como vocalista principal. Introdujo nuevos bailes y juegos de piernas como elementos de su show y su aguerrida voz, que contrastaba con las voces suaves de los otros cantantes (como Bobby Byrd, «Baby Lloyd» Stallworth o Bobby Bennett), ponía los pelos de punta en cada grabación o directo. En esa época, tanto sus grabaciones de estudio como en directo fueron para King Records y Smash Records, dejando una treintena de referencias entre ambos sellos.
Pero si Brown es reconocido por algo en su trayectoria, es por ser uno de los principales creadores e instigadores de la música funk, cometido compartido con la banda que le acompañó a partir de 1970, tras dejar a The Famous Flames: hablamos de la arrolladora potencia sonora de The JB’s, formación por la que pasaron músicos que luego serían muy relevantes en sus carreras en solitario como Fred Wesley, Bootsy Collins o Maceo Parker. Los componentes de The JB’s al completo, o por separado, grabaron en paralelo bajo diferentes denominaciones como Fred Wesley & The JB’s, Maceo & the Macks, Fred & the New JB’s o The James Brown Soul Train.
«The godfather of Soul» realizó también los soundtracks de «Black caesar» («El padrino de Harlem», 1973) y «Slaughter’s big rip-off» («Masacre», 1974). Además, Brown realizó el score para la película «Hell up in Harlem» pero finalmente fue rechazada por el director del proyecto y se acabó publicando como doble álbum de estudio, con el ya conocido título de «The payback» (1973).
Otras artistas que despuntaron al lado de James Brown fueron sus rabiosas coristas Lyn Collins, Vicki Anderson (también conocida como Myra Barnes), Anna King o Marva Whitney, que llegaron a disfrutar de producciones del propio James Brown a lo largo de álbumes pero, sobre todo, singles en solitario. Marva Whitney, con «It’s my thing» (1969), o Lyn Collins, con «Think (about it)» (1972), dejaron para la posteridad tremendos singles, explotados sin piedad más adelante en el mundo del rap. Pero fue Anna King la única que consiguió que Brown le produjese un álbum completo, «Back to soul» (1964).
A lo largo de su carrera, Brown fue propietario de tres sellos discográficos en diferentes años: Try Me Records, Bownstone Records y, el más exitoso, People Records. La profusión de singles y álbumes, en éstos y sus sellos anteriores, deja un más que inabarcable currículum, digno de poner a prueba en Internet y sus buscadores y que desafía a la propia Wikipedia. ¿Para cuándo una JBpedia?