La acción se convocó en redes como #AcciónSusana. Susana tiene una hipoteca con el Banco Popular y, en teoría, íbamos a invadir una de sus sucursales para desatascar la negociación: pura estrategia PAH, esta vez, además, con más motivos que nunca, porque el Banco Popular nos desalojó el miércoles 10 de su oficina de las Ramblas, y la gente, la verdad, le tenía muchas ganas.
El plan: viernes 12 a las 10 horas en la ronda Sant Antoni y vamos juntas hasta la sucursal de la calle Hospital. Ambiente muy festivo, Iaioflautas, gente de otras PAHs catalanas y periodistas. Una marea de camisetas y globos verdes provoca a su paso aplausos y ovaciones entre los vecinos del barrio. Primera parada: plaça del Pedró. Y sorpresón: tras varios minutos de espera en los que la gente no sabe muy bien si estamos esperando a otra PAH o a los medios, de lo alto del edificio número 5 cae una enorme pancarta: «Obra social La PAH. Rescatamos personas, no bancos.»
#AcciónSusana se ha convertido en lo que en realidad era desde el principio: #ImPAHrables13, la ocupación, o, mejor dicho, «recuperación» para uso social de un edificio que lleva tres años rehabilitado y deshabitado, pasto claro de intereses especulativos en un barrio en claro estado de emergencia habitacional.
Por supuesto, nos hemos informado bien antes de recuperarlo: el edificio pertenecía al Banco de Valencia, rescatado con dinero público y comprado por un euro por CaixaBank, que evidentemente se deshace antes de sus activos tóxicos, asumidos por el SAREB, conocido popularmente como «el banco malo». Banco malo que, por cierto, también pagamos con dinero público: o sea, doble rescate, repóquer de legitimidad para nosotras.
Como no podía ser de otra manera, llegan los Mossos y la negociación es confusa: primero confirman que el edificio es del SAREB pero que es inhabitable porque hay un supuesto informe que habla de fallos de estructura y podrían desalojar por motivos de seguridad. Nos ponemos en marcha: ocho arquitectos vienen, comprueban y firman un informe confirmando que de fallo estructural nada de nada.
Pero a media mañana cambian de estrategia: Servihabitat, inmobiliaria de La Caixa que gestiona el edificio, dice que lo ha vendido hace sólo tres días. Veremos qué es cierto y qué no. De momento La PAH tiene dos cosas claras: 1. De aquí no nos movemos hasta que las cuatro familias realojadas tengan una alternativa de alquiler social. 2. Acabamos de destapar un chanchullo que pone en evidencia la connivencia entre bancos y mafias especulativas: un bloque entero convertido en apartahotel para turistas, el uso más antisocial que se puede dar a un edificio que (¡qué vergüenza!) se ha rescatado por lo menos dos veces con nuestro dinero y, por tanto, debería ser nuestro. Así que, de momento y hasta nuevo aviso, lo es. Y si no que se lo pregunten a la gente del barrio, que ha celebrado la recuperación con alegría y emocionantes muestras de solidaridad.