Angelo, uruguayo, pasó su niñez y adolescencia en Argentina. En la universidad de Buenos Aires cursó arquitectura, estudios que dejó por otras actividades, como su militancia en los movimientos de izquierda de aquel entonces en el Cono Sur. A mediados de los setenta consiguió asilo político en Suecia, ya que su compañera estaba siendo perseguida en Argentina por la policía uruguaya: eran los años de la Operación Cóndor. Tras casi un lustro en el país escandinavo, llegó a Barcelona en 1981 y empezó a trabajar como traductor en la revista Integral, que por aquella época funcionaba como cooperativa con un carácter idealista que se fue trastocando tras los años. Después de un periodo de ocho o nueve años en la publicación, entró a formar parte en el equipo de comunicación y elaboración de proyectos de Alternativa Solidaria, organización de cooperación y ayuda a los pueblos indígenas de Guatemala, Nicaragua, Perú, Amazonas, entre otros. De allí, decide crear junto a una amiga, Transforma, un proyecto de librería sin local, ambulante y de venta por catálogo.
Su relación con Icaria empieza hace unos veinte años: «con Icaria se dio la oportunidad de compartir local, y así Transforma pasó a tener su base de operaciones en el antiguo espacio de la calle Ausiàs March. En aquel tiempo, la editorial valoró abrir una librería en un nuevo local para poder ofrecer el fondo de Icaria, más el de otras pequeñas y medianas editoriales con temáticas similares: ciencias sociales, ecologismo, pensamiento crítico, por supuesto, mujer y género, relaciones Norte/Sur, ecología social y solidaria… La librería ha funcionado como escaparate de un pensamiento poco divulgado y que no se encuentra en las grandes librerías. Afortunadamente, Barcelona sigue teniendo librerías de tipo asociativo y cooperativo que cumplen con esta función de acercar al público un tipo de bibliografía que no es habitual. Ahora, nuestra intención es potenciar y dar a conocer la librería virtual, sobre todo para aquellos que, de pronto, viven en pequeñas poblaciones y no disponen de librerías especializadas, o las que existen no disponen de depende qué publicaciones. Cubrimos huecos que a los grandes monstruos de la edición y sus librerías no les interesa porque no les resulta rentable.»
La librería ubicada en el Forat de la Vergonya ha estado atenta a la evolución del barrio y la ciudad: «el Plan de Abusos cumple con las características propias del lugar pero que se están tornando universales. Es una política capitalista que marca las reglas del juego y se dedica a transformar las ciudades en parques temáticos. Cuando llegué hace treinta y dos años, me sorprendió ver que la ciudad daba la espalda al mar. Con el gran proceso urbanístico que se originó con los Juegos Olímpicos, uno creía que abrirse al mar iba a beneficiar a la población local, pero todo era un plan que tuvo su continuidad con la operación cosmética y de intereses inmobiliarios de el Fòrum de les Cultures; y ahora con estos abusos que provocan una gentrificación que causa desplazamientos obligados a los vecinos de toda la vida.»
Con Angelo nos reunimos en la ya cerrada librería Icaria, pero «de base, cabe aclarar que es un momento de transición, acaba una etapa, pero no quiere decir que acabe todo, y la posibilidad de transformar la librería en una cooperativa, pasándola al circuito de la economía social y solidaria, es una idea muy acorde con nuestro pensamiento editorial.»
«Desde Icaria y en lo personal se viene apoyando la gestión comunitaria del equipamiento, y queremos seguir organizando actividades para que siga siendo un espacio de referencia en el barrio y en la ciudad. Un lugar de reflexión donde desenmascarar un poco esta idea de ciudad que nos está vendiendo la política, que nos quiere hacer creer que la están transformando en beneficio de la población, cuando sigue siendo la panacea de las cuatrocientas familias de siempre.»
Angelo tiene claro que la sociedad líquida y el hedonismo consumista desmesurado son dos frentes difíciles de combatir, pero con su optimismo de raíz y las lecturas que le acompañan y divulga espera que «beneficien y sean positivas en el ámbito local, en lo social y que mejoren la calidad de vida de la población.»