Días post-sentència del procés. Hogueras, lecheras avanzando, cargas. Jóvenes que se expusieron más, o tuvieron peor suerte, se enfrentan a cargos serios y largas condenas, tras sus detenciones y prisiones provisionales sin fianza. Peor suerte tuvieron dos de ellos: acabaron en el CIE. Ayoub, deportado a Marruecos a mediados de noviembre, separado por la ley de su círculo, de su compañera, de su entorno. No podrá volver hasta dentro de cinco años.
Las fronteras exteriores separan estados sin acuerdos de libre circulación entre ellos. Las interiores separan los que sí los tienen, como el espacio Schengen. Para mucha gente en situación administrativa irregular, la frontera interior es una capa superpuesta a su persona en todo momento; es la distancia que las separa de lo que asumimos como una situación «normal». El riesgo que se asume al cruzarse con un uniforme, o el imprevisible de cruzarse con agentes de paisano.
Agosto. Estaciones de Sagrada Família y Diagonal. Redada supuestamente destinada a detener a ladrones reincidentes. 150 agentes de policía identifican a 70 personas fichadas como carteristas. Una buscada por la policía, 47 multas y 22 detenciones. ¿La frontera entre unas y otras? La situación administrativa. 22 personas expuestas al CIE y la expulsión. Noviembre. Carrer Arc del Teatre. Operación de los Mossos «contra el tráfico de drogas y los robos recurrentes» en el Moog. Seis denuncias administrativas por posesión de drogas, una por posesión de arma blanca y 17 detenciones por situación administrativa irregular.
Cualquier aumento en el grado de represión, securitarismo o pérdida de garantías de derechos hace crecer, en unos cuantos centímetros, la altura y el grosor de estos muros.